martes, 10 de mayo de 2011

MIRANFÚ

Manhattan se trata de una isla con forma de jamón con un pastel de espinacas en el centro que se llama Central Park. Resulta excitante caminar por alli de noche, escondiendose de ven en cuando por miedo a los ladrones y asesinos que andan por todas partes y sacando un poquito la cabeza para ver brillar las luces de los anuncios, como un ejército de velas encendidas para celebrar el cumpleaños de un rey milenario.
Pero los niños, que son los que disfrutarian corriendo esa aventura nocturna siempre estan metidos en sus casas, viendo historias que avisan de lo peligroso que es salir de noche. Cambian de canal, les entra sueño y bostezan.
Vigilando Manhattan por la parte de abajo del jamón, donde se mezclan los dos ríos, hay una islita con una estatua enorme de metal verdoso que lleva una antorcha en su brazo levantado y a la que vienen a visitar todos los turistas del mundo. Es la estatua de la libertad, vive alli como un santo en un santuario y por las noches aburrida de que la retraten tantas veces durante el dia, se duerme sin que nadie lo note. Y entonces empiezan a pasar cosas raras.
No todos los niños de Brooklyn duermen por la noche. Piensan en Manhattan como en lo más exótico del mundo, y en su barrio se sienten como aplastados bajo una nube de cemento y vulgaridad. Sueñan con cruzar de puntillas el puente que une Brooklyn con una isla que brilla al otro lado y donde imaginan que toda la gente está despierta bailando en locales tapizados de espejo, tirando tiros, escapándose en coches de oro y viviendo aventuras misteriosas. Y es que cuando la estatua de la Libertad cierra los ojos, les pasa a los niños sin sueño de Brooklyn la antorcha de su vigilia. Pero esto no lo sabe nadie, es un secreto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ñam

ñam